Crean la asociación #FreePabloGonzález para canalizar la ayuda al periodista vasco preso en Polonia

Pablo González es un periodista vasco al que Polonia mantiene preso desde el pasado 28 de febrero violando sus derechos legales y en duras condiciones. Para hacer frente a las dificultades económicas que supone su defensa legal, un grupo de familiares, amigos y compañeros de Pablo han creado la Asociación #FreePabloGonzález, que no sólo dará soporte legal a la defensa del periodista por sus derechos sino que canalizará las acciones en solidaridad que reclamen su libertad.

Oihana Goiriena, pareja de Pablo González, explicó los motivos que han llevado a dar este paso de formalizar una asociación: «Hasta ahora hemos tirado de los ahorros y la ayuda de familiares y personas cercanas, pero la situación ha llegado a tal punto que nos vemos obligados a solicitar ayuda a la sociedad. Sabemos que no es el mejor momento, pero toda aportación es bienvenida para conseguir que la situación de Pablo pueda mejorar. No sabemos cuánto tiempo más va a permanecer detenido en Polonia».

La recién creada asociación asegura que con las ayuda recibidas cubrirán además parte de la manutención de Pablo en prisión, ya que como el mismo periodista detallaba en alguna carta recibida por amigos o familiares, la alimentación en la cárcel es bastante deficitaria y necesita intentar cubrir sus necesidades con suplementos alimenticios y vitamínicos, lo que supone un gasto mensual de entre 300€ y 400€ mensuales.

10 meses detenido en Polonia

El calvario del periodista empezó el 28 de febrero cuando le detuvieron en la ciudad polaca de Przemyśl cuando trabajaba para varios medios (Gara, Público y LaSexta, principalmente) informando sobre la oleada de refugiados ucranianos tres días después del inicio de la operación rusa.

Como en otras ocasiones, llevaba con él dos pasaportes, uno español y otro ruso, por lo que las autoridades polacas pensaron que eran falsos. Pero el periodista tiene ambos porque nació en Moscú hace 40 años. Su padre es ruso y su madre ruso-española, hija de un niño exiliado a Rusia durante la Guerra Civil española. También llevaba tarjetas de crédito de ese país. Evidencias suficientes para las autoridades polacas, que no han ofrecido más detalles ni pruebas y no han respetado los derechos humanos básicos de todos los ciudadanos europeos.