Venezuela. “La derecha ataca nuestra lectura anticolonial”. Entrevista a la profesora Alexandra Mulino
Geraldina Colotti
Con motivo del ciclo de conferencias para “Entender el Libertador desde el Marxismo”, conversamos con la profesora Alexandra Mulino, venezolana, una de los ponentes.
Usted es una intelectual comprometida con el proceso bolivariano. ¿Cómo se lleva a cabo actualmente esto compromiso y cuál fue su contribución a la organización de las conferencias?
Hay un trabajo militante y creativo que llevan adelante personalidades de las izquierdas, opacados por el poder mediático y editorial hegemónicos. Este es el caso de la Asociación Cultural Volver a Marx fundada por el profesor José Antonio Egido y un nutrido grupo de comunistas de alto vuelo intelectual.
En mi caso, fui invitada a debatir este viernes, 19 de agosto, el álgido tema sobre La sociedad feudal, colonial española, en América, siglos XVI al XIX, en el marco de la agresión imperialista de los Estados Unidos, en conjunto con sus socios, contra la legítima autodeterminación de los pueblos, especialmente, la del proceso bolivariano, liderado por Hugo Chávez y, actualmente, por Nicolás Maduro. En consecuencia, la satanización de la figura histórica de Simón Bolívar se tornó aún mucho más virulenta. Las derechas y las ultraderechas abiertamente atacan, por cualquier vía, la lectura anticolonial desmitificadora del eurocentrismo, básicamente, del anglocentrismo.
En este orden de ideas, aprovecho la circunstancia de este extraordinario espacio que ofreces a fin de divulgar algunas actividades que llevo adelante con el espaldarazo de profesionales militantes de la talla intelectual de Domingo Medina, presidente del Centro Internacional Miranda (CIM), Alí Rojas Olaya y José Gregorio Linares, ambos del Centro Rodrigueano de Investigación Social para la Latinoamericanidad (CRISOL).
Justamente, en conjunto con los intelectuales mencionados, durante el próximo mes de septiembre, inauguraremos el Centro Venezolano de Estudios Marxistas “Salvador de la Plaza” (CEVEMSAP). Aspiramos a través del aula virtual y presencial “Wilson Danilo Suárez Hernández”, estudiar, detenidamente, en lo que resta de este año 22 y el 23, algunos autores marxistas venezolanos (marxistas-leninistas y de otras escuelas del pensamiento marxista), con la pretensión última de destacar el desarrollo teórico y la práctica política militante de un grupo de hombres y mujeres que durante décadas dejaron huellas profundas en la conciencia social de cientos de venezolanos y latinoamericanos.
Hoy en día se ataca el marxismo al rebajar sus aportes a tesis eminentemente ideológicas y hasta opináticas. Ciertos intelectuales latinoamericanos juzgan que ese cuerpo teórico, metodológico, político e ideológico es de carácter colonial. Justamente, demostraremos que las investigaciones sociales llevadas adelante desde la economía, la politología, la pedagogía, la sociología, entre otras disciplinas, trascendieron la mirada cientificista propia del capitalismo sobre la base de las explicaciones e interpretaciones dialécticas de la totalidad concreta nacional y regional de manera creativa en su propuestas conceptuales y tesis en general. Además, no trataron de investigaciones “apoltronadas”, realizadas en prestigiosas universidades europeas y estadounidenses, sino de militantes comunistas, entre otras posiciones partidistas, que arriesgaron sus vidas, permanentemente, en coyunturas políticas difíciles. Algunos perdieron la vida, otros pagaron con cárcel o el exilio político.
En este orden de ideas, también organizamos las XV Jornadas y el VI Congreso de Educación, dedicados al Estado Docente y la Educación Popular en Venezuela (Simón Rodríguez, Luis Beltrán Prieto Figueroa y Luis Antonio Bigott). Aspiramos realizar dicho evento en el mes de octubre del presente año, los días 25, 26 y 27, en los espacios de la Escuela de Educación, EE, de la Universidad Central de Venezuela, UCV. De igual manera, con el apoyo del Centro de Investigaciones Educativas, CIES, de la EE, UCV, el CIM y CRISOL, celebraremos el Centenario del eminente economista marxista heterodoxo, como le gustaba definirse, Domingo Felipe Maza Zavala, máximo exponente de la teoría de la dependencia crítica nacional, los días 4 y 5 de noviembre del corriente. Cabe destacar que este último fue gran amigo de Salvador de la Plaza, lo consideró su maestro. En esto ando.
¿Por qué es central el estudio de la sociedad colonial en América y cómo aún determina las relaciones sociales y económicas en América Latina?
De suma importancia su pregunta, diría medular. Salvador de la Plaza (Caracas, 1896-1970), al igual que otros intelectuales de la teoría de la dependencia crítica, como por ejemplo, Domingo Felipe Maza Zavala (Barcelona, Anzoátegui, 1922-Caracas, 2010), Ramón Losada Aldana (Lara, 1927-Miranda,2018), Miguel Acosta Saigne (San Casimiro, Aragua, 1908-Caracas, 1989), entre otros, intentaron estudiar la realidad social y económica de Venezuela y América Latina caracterizando sus relaciones de producción en detrimento de las explicaciones positivistas, evolucionistas y deterministas. Con lo expuesto quiero subrayar la importancia de examinar las consecuencias económico-sociales y culturales del coloniaje español a fin de comprender nuestro presente a partir del materialismo histórico y dialéctico, asunto que nos permita explicar y diferenciar la estructura de la coyuntura, cuestión que muchos antimarxistas confunden creando desconcierto político-ideológico en las filas de la clase obrera y de los trabajadores en general. Por lo tanto, el marxismo en general, y el marxismo-leninismo en particular, desvelan el porqué del atraso al considerar, en primer término, los elementos esenciales del no-desarrollo: la dependencia, la deformación, la insuficiencia y la inestabilidad a fin de comprender las formas de acumulación y su inserción en el mercado metropolitano en el marco de la explotación primaria colonial (XVI-XIX). Vislumbrar estos rasgos estructurales nos ayudan a descubrir hoy la razón de los desequilibrios entre el capital y el trabajo en el área hemisférica dominada por el hegemón estadounidense. Además, en el caso de la formación social venezolana, ese cuerpo conceptual y político aclara las relaciones sociales alienadas y cosificadas por las culturas del latifundio, de las transnacionales petroleras estadounidenses y la de Juan Bimba como consecuencias de esas deformaciones estructurales. Por todas estas razones, la Asociación Cultural “Volver a Marx” −al igual que el Centro Venezolano de Estudios Marxistas “Salvador de la Plaza”, entre otras experiencias en el país y América Latina−, reivindica el estudio del marxismo-leninismo con la pretensión última de explicar los procesos políticos, sociales, económicos y culturales de NuestraAmérica a partir de la lucha de clases.
Has vivido en España durante mucho tiempo ¿Cómo aprecian el país a partir de su política interna e internacional?
Estimada compañera, viví 4 años en España durante mis estudios doctorales. Mi experiencia académica fue del todo satisfactoria pero su realidad “invertebrada”, tal como la caracterizó José Ortega y Gasset, allí continúa. La cultura colonialista, monárquica, católica y franquista aún conforma la medula de sus relaciones sociales, culturales y políticas, amén de su dependencia estructural con Estados Unidos y el resto de Europa Occidental. De esta suerte, la racionalidad política, represiva y jurídica de ese Estado todavía concibe a Venezuela y al resto de la América Latina como colonias y a sus habitantes como “tercermundistas”. Por supuesto que las izquierdas duras españolas tienen posiciones anticoloniales, y digo “duras” para diferenciarlas de los socialdemócratas. Estos sectores sufren terriblemente, son adrede invisibilizados. En el caso de la derecha menos reaccionaria, más conciliadora, aún manejan el tema del iberoamericanismo a través de la lengua común, por lo tanto, no aceptan los riquísimos matices idiomáticos.
Como marxista y feminista venezolana ¿Cuál es su análisis de la situación política actual?
Justamente, la política colonialista del imperialismo estadounidense, en esta fase de la acumulación de capital, sin rostro humano, donde predomina el trabajo muerto sobre el trabajo vivo, toda pretensión política y económica de fortalecimiento del Estado de Derecho y de Justica trata de un obstáculo que debe destruirse. En efecto, la macroeconomía del área hemisférica dominada por este hegemón requiere Estados Mínimos y sumisos a su dinámica contable sin importarles la dignidad de sus habitantes, al fin y al cabo somos concebidos como razas inferiores. Hoy en día esa taxonomía colonial es aún funcional para el capitalismo salvaje que lidera dicha metrópolis. Pues bien, sobre la base de lo expuesto, el gobierno de Nicolás Maduro es uno de los más asediados. Por la vía del bloqueo financiero y comercial, intentan romper el espinazo del Estado Nacional debilitando sus lazos económicos, sociales y culturales. La Reserva Federal requiere políticas monetarias y financieras que impidan el desarrollo de las fuerzas productivas nacionales y regionales en términos endógenos, vulnerando, paso a paso, por la vía del bloqueo, sabotajes internos, corrupción, red política conformada por el narcotráfico, además de las culturas del latifundio, del petróleo (que denomino la cultura de las transnacionales petroleras estadounidenses), y la de Juan Bimba (la instaurada por la Acción Democrática de Rómulo Betancourt), que no han sido implosionadas por la tan necesaria revolución pedagógico-curricular, las transformaciones cualitativas necesarias para la liberación nacional. ¿Qué hacer? Sin una base material, el gobierno se hunde. ¿Abrir las compuertas del FMI? El actual gobierno nacional no dará ese viraje, sería su fin y no trata de su esencia política. En consecuencia, se plantea el desarrollo de las Zonas Económicas Especiales (ZEE), pero bajo el control del Estado, esa es la diferencia substancial con otros gobiernos de economías abiertas pero con Estados Mínimos. Justamente, se intenta acompasar las ZEE con la reactivación del mercado interno y las necesarias transformaciones en el campo (asunto difícil por los intereses de los latifundistas). Esto último es de sumo complejo porque debe llevarse adelante una política financiera en un área totalmente desregularizada. Por ello, el Ejecutivo Nacional plantea y lucha por un orden multipolar. Desgraciadamente, la Zona Dólar favorece a las economías subterráneas y especulativas. Por todas estas razones, el Estado debe ser interventor, sin olvidar ni subestimar la dimensión superestructural que consolidaría una consciencia social aún alienada a los intereses de los mercados metropolitanos. Por ello, es necesaria una revolución cultural en contra de la cultura lumpen que es colonial y neocolonial. Consolidar una economía endógena pasa por desterrar la cultura consumista, individualista, corrupta, ostentosa, endorracista y apátrida que encontramos inclusive en el seno del propio gobierno como expresiones de la lucha de clases.