Entrevista con el dirigente sindical cubano Ulises Guilarte de Nacimiento

Entrevista realizada por Geraldina Colotti y Verónica Díaz

 

Ulises Guilarte de Nacimiento, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, y secretario general de la Central Obrera de Cuba participó como invitado especial en el II Congreso de la Clase Obrera y en el V Congreso de el PSUV, y nos concedió esta entrevista.

¿Cuál es la situación en Cuba en este momento?

Creo que la dignidad, el ejemplo que ha mantenido la revolución cubana a más de sesenta años de su triunfo, ilumina como un faro las aspiraciones de la gran mayoría de las masas populares que ven conquistado el pleno derecho a la salud en nuestro país, la garantía de protección social, los derechos de la mujer, la equidad y la justicia social. Sobre todo, esto es lo que trata de ocultar la campaña mediática del gobierno estadounidense: que a pesar del genocida bloqueo impuesto unilateralmente a una pequeña isla como la nuestra, Cuba sigue brillando y avanzando aceleradamente en el desarrollo de sus principales programas económicos y sociales. Tras el último congreso de nuestro partido, celebrado en abril 2021, reafirmamos que el perfeccionamiento de nuestro modelo económico y social es inclusivo, amplio, pero siempre con el predominio de las bases, de los principios del internacionalismo, la solidaridad, la cooperación y la integración de quienes tienen menos y deben unirse para luchar contra la política neoliberal. Cuba sigue hoy dando ejemplo de solidaridad al mundo. De esa solidaridad que nos enseñó Fidel, que no consiste en dar lo que sobra, sino en compartir lo que tenemos. Para ello, existen más de 56 brigadas de operadores médicos en más de 40 países del mundo. Antes del Covid, fueron a combatir la epidemia de Ébola, salvaron muchas vidas, no por dinero, sino por un alto sentido del deber profesional y un profundo espíritu humanista y solidario. El mismo con el que venimos a participar en el II Congreso de trabajadores y trabajadoras y en el V del PSUV: para ratificar la solidaridad militante e internacionalista de la revolución cubana; continuar desarrollando espacios de interés común entre ambas organizaciones, uniéndonos en la denuncia, en todos los organismos internacionales, de la práctica de injerencia que sufren nuestros dos países por parte de la política norteamericana por el solo hecho de no querer arrodillarse ante el plan imperialista .

¿Cómo viste estos dos congresos?

Como un momento importante de valoración del trabajo realizado en los últimos años, pero también de proyección y planificación, que permitirá consolidar el trabajo del partido en la base, para que siga siendo vanguardia de la clase, de los venezolanos, de la militancia y en la que Cuba hará su aporte en el terreno de la integración, en el esfuerzo común de mostrar al mundo nuestra verdad: la verdad de los pueblos y sobre todo el compromiso, como dijo Fidel, de construir un mundo mejor.

¿Qué significa ser sindicalista en Cuba en presencia de un Partido Comunista revolucionario y con toda la complejidad requerida para adaptar la economía a la coyuntura sin abandonar los principios?

En Cuba el proceso de formación es constante. En mi experiencia personal, comencé militando en la juventud comunista, trabajando como obrero de una fábrica y al mismo tiempo siendo líder de la juventud comunista. Luego pasé al trabajo del partido y luego se decidió que me dedicaría al trabajo sindical. Pero todo eso, en Cuba, es siempre el resultado del apoyo popular, de cómo se considera tu labor política como dirigente, de cómo la representas en los diversos espacios y escenarios en los que se debate la agenda pública del país y se necesita llevar la voz de los trabajadores y del pueblo que, en última instancia, como lo indica nuestro modelo económico, gobiernan. En Cuba, es el pueblo el que gobierna, el que decide y manda, no es la oligarquía, no es la élite. Esto nos empuja a asumir una altísima responsabilidad en asegurar el ejercicio del liderazgo, la representación de nuestro pueblo, una altísima responsabilidad y un enorme compromiso.

Tras los intentos desestabilizadores del 11 de julio del año pasado, el Partido organizó encuentros con todos los sectores sociales para escuchar las auténticas necesidades de la población. ¿Cuáles fueron las principales líneas adoptadas después de estas reuniones?

Te expliqué que tenemos deficiencias, insatisfacciones, desabastecimientos, porque el bloqueo nos asfixia económicamente, no nos permite tener relaciones e intercambios comerciales. Todo nos cuesta mucho más financiera y económicamente, y esta realidad ha provocado un nivel de depresión y descontento en una parte de la masa popular, alimentado y amplificado por la campaña mediática del imperialismo que busca utilizar estas debilidades para exacerbar intereses contra -revolucionarios, dirigido sobre todo a tratar de derrocar a un gobierno que sigue manteniendo el apoyo mayoritario del pueblo. Sin duda hemos atesorado lo sucedido y la lección más significativa que hemos sacado es que debemos fortalecer permanentemente el vínculo con el pueblo, estar muy cerca del pueblo para escuchar directamente este descontento y tener la capacidad, que hoy tenemos, de poder dar solución a dudas, necesidades o reclamaciones. Es por eso que hoy estamos comprometidos en un programa de transformación llamado «de los barrios».

¿De qué se trata?

Involucrar a la población en la búsqueda de soluciones colectivas en materia de vivienda, viabilidad, red de agua, y también espacios espirituales, culturales, recreativos para los jóvenes. En esto jugó un papel importante la participación del movimiento sindical y de la juventud comunista, pues nos sumamos a la movilización de parte de nuestros trabajadores y jóvenes en apoyo a la transformación de los barrios, y al mismo tiempo realizamos encuentros sectoriales con intelectuales, artistas, con la comunidad religiosa, o LGBT, con jóvenes trabajadores, con feministas, para que el pueblo con sus propuestas contribuya a la solución de nuestros problemas. Y hemos logrado una gran estabilidad, logrado un éxito extraordinario en la lucha contra la pandemia: el 94% de la población ha sido vacunada con las tres dosis, y también todos los niños y las mujeres embarazadas. Esto nos ha permitido abrir las fronteras al turismo, proceder a una paulatina recuperación de la economía, ya que, en definitiva, esa es la tarea principal: la solución a la demanda del pueblo está en lo que hacemos con nuestra producción material.

¿Cómo se recuperó económicamente Cuba a pesar del bloqueo y cómo está contribuyendo a la economía de la región?

El gobierno de Trump ha emitido más de 243 medidas coercitivas contra nuestro país, por ejemplo ejerciendo presión sobre bancos que han mantenido acuerdos con nosotros o contra proveedores de materias primas esenciales para la actividad industrial y la economía. Pero hemos optado por no pensar demasiado en el bloqueo, denunciarlo, por supuesto, pero también fortalecer los recursos internos: desarrollar la agricultura, la producción de azúcar, nuestros productos exportables. Somos líderes mundiales en la producción de tabaco, alcanzamos niveles importantes en la exportación de ron, somos productores de níquel, que también exportamos, y también para los productos del mar. Somos primeros en turismo. Tenemos una industria químico-farmacéutica potente debido a un altísimo desarrollo científico de los recursos humanos: para ello hemos sido capaces de producir cinco vacunas. ¿Qué país subdesarrollado podría haber hecho mejor?

Sin embargo, la vacuna cubana no es reconocida afuera…

Hay, sin embargo, un grupo de países que consideran esto vejatorio y aun así logran incorporar nuestra vacuna al protocolo sanitario. Porque la mejor prueba la dan los índices de salud de nuestro pueblo y los resultados alcanzados en la lucha contra el Covid. Hoy 7 u 8 personas se enferman con nosotros, mientras que en los países desarrollados son miles. Sin embargo, nuestra batalla es contribuir cada vez más al proceso de integración regional, de cooperación internacional para asegurar, como decía Fidel, la unidad en la diversidad que nos permita introducir nuestros productos. Así lo hizo Chávez cuando inauguramos el Mercosur y todos los mecanismos de integración regional con los que intercambiamos nuestros productos, desarrollando nuestras economías. Un compromiso que estamos renovando.

El nuevo código de familia se discute en Cuba. ¿Por qué el uso de este plural y cuáles son las innovaciones?

El nuevo código de familia responde a los cambios que se han producido en nuestra sociedad, a las nuevas formas de familia que se han desarrollado además de la familia tradicional. En la Asamblea Nacional se decidió examinar la propuesta legislativa y abordar el tema en su totalidad para adecuar el código a las más modernas concepciones de la convivencia en sociedad. Sobre todo, se decidió involucrar de lleno a las personas que deben aportar opiniones y propuestas, debatiendo el proyecto en cada comunidad y barrio. Con todos estos agregados, el proyecto volverá a ser examinado por la Asamblea Nacional para finalmente ser sometido a referéndum. Ahora estamos en la fase de discusión popular. Es un código altamente inclusivo y garantista de los derechos de la niñez y la diversidad, que nuestro pueblo seguramente sabrá apreciar de la mejor manera.

Mucho se ha especulado sobre la abstención de Cuba en la ONU sobre el conflicto ucraniano. ¿Cuál es tu posición sobre esto?

La defensa de la paz es parte de nuestros principios, rechazamos la guerra. Por ello, nos abstuvimos. Sin embargo, reconocemos el conjunto de razones que llevaron al presidente ruso, Vladimir Putin, a tomar la decisión de rechazar el carácter intervencionista de la OTAN que pretendía cercar al gobierno ruso en sus fronteras, amenazando la estabilidad del país.