“En Venezuela, cada proceso electoral es un nuevo hito de la revolución”. Entrevista a Sandra Oblitas, ex rectora del CNE

“En Venezuela, cada proceso electoral es un nuevo hito de la revolución”. Entrevista a Sandra Oblitas, ex rectora del CNE

Geraldina Colotti

En julio de 2020, Sandra Oblitas fue nombrada rectora de la Universidad Bolivariana de Venezuela. Anteriormente, presidió el Consejo Nacional Electoral (CNE), integrado por 5 personas, 4 mujeres y un hombre. Por ello, en 2017 fue sometida a sanciones por parte de Canadá junto con otros 40 funcionarios del gobierno bolivariano. Le pedimos una opinión sobre el proceso electoral del domingo 6 de diciembre, realizado por un CNE diferente, fruto de los acuerdos entre el chavismo y esa parte de la oposición que decidió participar en las parlamentarias.

 

¿Cuáles fueron las etapas más importantes y difíciles de tu trabajo en el CNE?

Estuve 17 años en el CNE, los tres primeros como técnico electoral, en la oficina regional de Caracas, y luego, desde 2006 como rectora. También tuve la tarea de presidir la comisión de registro civil, y de desarrollar así un proyecto bonito: la recopilación de datos sobre todo el estado civil, que atestigua el curso completo de la vida de una persona, desde su nacimiento hasta su compromiso civil en la sociedad y hasta la muerte. Una gran deuda que teníamos con la población, porque hasta ese momento la información no estaba centralizada, y que un Estado garantizador de derechos como el bolivariano se ha propuesto saldar. También hemos trabajado en la conformación del poder electoral, un nuevo poder que se concretó a partir de la constitución de 1999. Se trató de plasmarlo de tal manera que fuera confiable para todas las tendencias políticas que creen en el voto como una herramienta para dirimir las grandes contingencias políticas. Tuvimos que actuar en un país sitiado por haber tomado la decisión soberana de no querer vivir bajo ningún poder imperial. Por tanto, cada proceso electoral ha constituido, a su manera, un hito, un hito para la política y para la historia misma, para el destino del país. En mi experiencia puedo señalar, por ejemplo, el de 2006, la primera reelección de Hugo Chávez y la instalación del mecanismo de automatización que aumentó la certeza del voto y constituyó un punto de inflexión. Y, nuevamente, la histórica votación a la Asamblea Nacional Constituyente, en 2017, en la que las y los votantes participaron con riesgo de vida, y que fortaleció aún más la gran vocación democrática de nuestro pueblo y las instituciones del país. Cada elección fue un llamado a la convivencia, a vivir en paz, al reencuentro y no al enfrentamiento violento.

¿Cómo valora los cambios que se han producido en el CNE para estas elecciones parlamentarias?

Nuestra constitución prevé la instalación del nuevo parlamento el 5 de enero. Por tanto, las elecciones eran necesarias cinco años después de las últimas de 2015, en las que la oposición había obtenido la mayoría. Es importante subrayar el camino que llevó a la votación del 6 de diciembre, en un país asediado por las potencias imperiales que utilizaron grupos violentos para desestabilizarlo internamente. Los numerosos llamamientos al diálogo del presidente Maduro, su tenacidad y la fuerza del liderazgo bolivariano han hecho que un sector de la derecha se haya sentado a discutir: ciertamente no a unirse a la alianza bolivariana, sino a rechazar los intentos de injerencia e invasión externa contra la patria restaurando la dialéctica política en el parlamento y distanciándose cada vez más de los sectores golpistas. El diálogo llevó a la aceptación de algunos puntos como el de conformar un nuevo CNE con el objetivo de mantener la vida democrática y resolver las contingencias políticas a través de un proceso electoral. El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) aceptó que el nuevo CNE organizaría las elecciones ratificando las propuestas aprobadas en la mesa de diálogo, incluida la de ampliar la representación proporcional de los partidos menores. De esta manera, se modifica el esquema de asignación de escaños, se aumenta el número de diputados, que se ha incrementado de 167 a 277, y se establecen: un mecanismo uninominal, un mecanismo de lista para cada una de las circunscripciones y una lista nacional. Tres fuentes que conforman el nuevo parlamento nacional.

En el CNE anterior, la perspectiva de género estuvo muy presente, tanto en la conducta de la autoridad electoral como en los ataques que la derecha ha realizado a sus componentes, mayoritariamente mujeres. ¿Esta perspectiva también se mantendrá en la nueva composición?

Sí. En primer lugar hay que decir que, como repetía Chávez muchas veces, la revolución bolivariana es feminista: porque asume, comprende y reivindica el papel de la mujer en el ejercicio del Estado y de la propia Patria. Esta visión tiene sólidos cimientos en lo que viene construyendo el Estado desde la Constitución Bolivariana de 1999: que incluye la perspectiva de género, que es pionera en asumir e interpretar el rol fundamental de la mujer y, en otros aspectos, el de nuestros pueblos indígenas, de comunidades indígenas que pueden decidir en base a su funcionamiento ancestral. Una constitución que se encarga de dar visibilidad a los actores fundamentales de la sociedad, en este caso resaltando el papel fundamental de la mujer. En materia electoral, tanto el CNE anterior como el nuevo llevan esta perspectiva de género: se estableció que las organizaciones deben postular entre un mínimo del 40% y un máximo del 60% de candidatas mujeres, para alcanzar un saldo del 50% entre candidatos masculinos y femeninos. Una decisión que califica la participación política desde una perspectiva de género. El desprecio de la derecha por la libertad de las mujeres es un rasgo que se destaca tanto a nivel local como internacional a través de la violencia estructural que lleva contra el protagonismo de la mujer en la gestión del Estado y en la construcción de la sociedad, y el descrédito de nuestra constitución feminista y su representantes.

¿Cuáles son los desafíos que enfrentará el nuevo parlamento, especialmente en lo que se refiere a las consecuencias del bloqueo económico-financiero? ¿Cómo cree que evolucionarán los ataques del imperialismo y los de la extrema derecha tras la elección de Joe Biden en Estados Unidos?

No esperamos absolutamente nada del imperialismo estadounidense y de quienes lo apoyan como un autómata. Tal vez cambie el lenguaje y la forma, pero no la intención de someter a los pueblos que han decidido ser libres. Inventarán nuevas formas y mecanismos para activar los mezquinos intereses de la extrema derecha contra la Patria. El desafío más importante que tendrá que enfrentar el nuevo parlamento será el de aprobar leyes e instrumentos legales que permitan restablecer las condiciones de vida de venezolanos y venezolanos, el poder adquisitivo de los salarios para un sano desarrollo de la sociedad. Habrá que generar todos los mecanismos legales para contrarrestar el asedio y el feroz bloqueo, proteger al país y a las personas, aumentar la producción. Producir es vencer.

¿Cómo planeas tu trabajo universitario?

Luego de una larga y intensa etapa en el CNE y un breve descanso, me pidieron que asumiera el cargo de rectora de la Universidad Bolivariana. Un gran logro de la revolución, creada por Chávez, quien la consideraba su «hija consentida», y que forma parte de un conjunto de más de 50 universidades creadas por la revolución para formar profesionales que la defiendan construyendo la Patria. Un proyecto que nace de la conciencia de la exclusión histórica del pueblo de la educación universitaria y la necesidad de pagar esa deuda. Con el mismo objetivo nació la Misión Sucre, un espacio territorial que llega en todos los rincones del país a quienes han sido excluidos de la educación universitaria. La Universidad Bolivariana tiene el rol central de formar profesionales destinados a asumir grandes responsabilidades en el país. En este momento, por tanto, de acuerdo con el Plan de la Patria y con los motores productivos establecidos por la presidencia, debemos dar prioridad a las carreras que den respuesta a las necesidades del país, a las necesidades del desarrollo productivo. Paralelamente, nuestra tarea es dar formación política a los jóvenes que nacieron en revolución y que no tienen la dimensión exacta del valor y los costos de los logros sociales de los que disfrutan, y de la necesidad de defenderlos día a día defendiendo el proceso bolivariano.

¿Cómo valora los resultados de la votación?

En primer lugar, el poder legislativo vuelve a la legalidad constitucional, luego de un período de enfrentamiento total con los demás poderes de la República. Con esta votación, el parlamento restablece la dialéctica democrática normal con los demás poderes del Estado para atender las necesidades del país: legislar, como está en su función y albergar el debate político en el que las fuerzas de la revolución podrán luchar contra el asedio y el bloqueo económico y seguir construyendo la estabilidad del país.

Considerando las dificultades que mencioné anteriormente, se trata de una victoria significativa para el pueblo, importante para darle estabilidad al país. En democracia, se compites y se ganas con votos. Se cuentan los votos. Y la votación del domingo estableció una nueva mayoría parlamentaria en la nueva Asamblea Nacional.